Dos gotas de lluvia se cayeron en Lisboa, dos gotas de lluvia
de indignación y de rabia, al ver la injusticia que sufría su pueblo, al ver como
apretaban a su gente. Las personas como
tú son las que me hacen seguir creyendo
en la humanidad, en tener ilusión por nuestra raza, porque tener gente a tu
lado que ves que realmente se cree lo que te dice y ver que se indigna
realmente por las cosas y no solo de palabrería como hace mucha gente por
desgracia, me hace creer.
Pero estoy seguro que esas dos gotas de lluvia amigo se
transformaran algún día, de indignación
y tristeza por ver como aprietan tú tierra, en alegría y orgullo, porque sois
luchadores natos, porque sois revolucionarios ante las injusticias, ya lo
demostrasteis en la revolución de los claveles y lo volveréis a demostrar.
Esas dos gotas de lluvia me entristeció verlas caer al
suelo, esas dos gotas de lluvia, me cabreo ver como se derramaban y sobre todo
verlas porque caían al suelo, y esas dos gotas de lluvia cayeron por un
pensamiento, por una idea y por unos principios, unos principios tan sencillos
como creer que las cosas si se quisieran hacer bien serian fáciles, porque como
hablamos, es tan fácil como casa y comida….
Dos gotas de lluvia que rebotaron contra el suelos como si
fueran dos losas en mis pensamientos, porque cuando las dos gotas de lluvia
proceden de las nubes de un amigo, esas dos gotas de lluvia las sientes como si
fueran tuyas, como si fueran de tus propias nubes, porque son dos gotas de
lluvia de un amigo por su pueblo, las de un amigo por ver a su gente como la
exprimen, las de un amigo por unos sentimientos de indignación e impotencia por
su pueblo.
Dos gotas de lluvia que al final se convertirán en mares de
revolución, ya lo veras amigo, seguro
que al final esas dos gotas de lluvia se convierten en dos gotas de alegría.
Para que no se me olvide, dos gotas de lluvia que cayeron en
Lisboa.